Hacia tiempo que no íbamos a Segovia y mis hijos no recordaban el acueducto, así que aparcamos cerca del colegio Claret para recorrerlo entero, al primer arco no le dieron mayor importancia pues era pequeño, pero a medida que fuimos bajando y los arcos cogían mayor altura fueron mostrando más interés, cuando llegamos a la plaza de Azoguejo quedaron alucinados por la altura que acaba cogiendo.
En esta misma plaza fuimos a la oficina de turismo donde nos dieron un programa en el que pudimos ver los espectáculos y horarios que había en Titirumundi.
La plaza estaba gobernada por un precioso carrusel que te llevaba a otra época y que también era parte del festival.
Fuimos subiendo por la Calle Real a la Plaza Mayor y de aquí a la plaza de san Nicolás donde pudimos ver el primer espectáculo que se llamaba Los duendes.
Era un teatro de marionetas en el que los pequeños disfrutaron de muchísimo. Os podéis imaginar a todos los niños gritando para que el león no se comiera a la niña, un espectáculo bastante cuidado que nos tuvo entretenidos durante 50 minutos.
Desde aquí nos fuimos a la plaza de los huertos para ver a Rufino Clown que era un hombre que guardaba dentro de él todo tipo de sorpresas, fue cortito pero intenso, nos dejó asombrados la de sorpresa que ocurrían dentro de ese hombre.
Al terminar bajamos por la zona del mirador de nuevo a la plaza del Azoguejo y en la avenida del acueducto disfrutamos de algún espectáculo callejero con el que reímos en familia. También ponen puestecillos para vender marionetas, algunas eran muy bonitas pero nos resistimos a comprar pues ya tienen en casa varias y no compensan tantas marionetas para la producción teatral que recibimos :-).
Después de comer subimos dando un agradable paseo hasta el Alcázar al que no entramos porque pronto se reanudaban las actuaciones. Los peques quedaron impresionados por el gran foso que hay frente al Alcázar y se lo imaginaban lleno de agua y cocodrilos, mientras fantaseaban con una princesa que pedía ayuda desde una de las torres, mientras el príncipe cruzaba el tremendo foso para salvarla.
A continuación nos dirigimos al paseo del Salón donde nos esperaban unos carruajes muy especiales, Los Animóviles, unas bicicletas customizadas con diferentes elementos como tambores, bocinas y demás accesorios, allí se pudieron montar y dar unas cuantas vueltas a un pequeño circuito.
A partir de aquí he de decir que la tarde no nos salió todo lo bien que nos hubiera gustado pues subimos a la Plaza Mayor donde había dos nuevos espectáculos que no pudimos disfrutar, uno era un espectáculo al que había que entrar en una furgoneta y el otro eran una especie de cabezas que subían y bajaban, el caso es que para acceder a ellos había que tener número y cuando fuimos ya no quedaban.
Así pues decidimos ir a otra obra que había en la plaza de Santa Eulalia y que era un espectáculo de títeres para el que no hacía falta número :-), pero la tarde se estropeó del todo, pues según íbamos empezó a llover a cántaros con lo cual decidimos dar por finalizada nuestra visita a Segovia, que le vamos a hacer, estas cosas pasan.
A pesar de que la tarde no salió como esperábamos dimos por buena la visita a Titirimundi, pues esta ciudad es encantadora y con el ambiente teatral del festival le da un toque muy especial, así que os recomiendo profundamente la experiencia.
Y si algún día vais no olvidéis comentar como fue vuestra experiencia, gracias.
Vuela con tus hij@s, cada momento será irrepetible.
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